1. Elegir siguiendo el proyecto de otros: quienes eligen de este modo tienen una fuerte dependencia y renuncian a su propio camino. Como hijos, se convierten en un instrumento de los padres para lograr lo que no pudieron hacer ellos mismos.
2. Elegir por oposición a personas importantes del entorno familiar o social: también es una elección producto de la dependencia, ya que el centro de la decisión no está en los propios deseos, sino en oponerse a los deseos de otro.
3. No lograr decidirse: ya que esto implicaría un conflicto con los padres o entorno familiar, o precipitar un conflicto entre ellos.
4. Continuar una profesión o empresa familiar: en algunos casos, puede hacerse propio el proyecto “legado” familiar, pero en otros sentirlo como un deber al que no puede negarse.
5. Dudar de la capacidad: quienes dudan de su capacidad o de las posibilidades de una buena inserción laboral, debido a ejemplos cercanos de fracasos en la ocupación deseada.
6. Entrar en confusión: a pesar de tener claro cuál es su vocación, hay quienes entran en confusión por la descalificación familiar o social de ciertas ocupaciones. Estas desvalorizaciones se originan en prejuicios o desinformación respecto a las mismas.
7. Elegir por descarte: buscando lo que resulta más fácil, o no lograr identificar un área de interés o tener muchas áreas de interés y no se logra definir una, o no confiar en las propias capacidades.
Si
no te encuentras totalmente en ninguna de las situaciones anteriores:
¿la tuya
cuál es?
Elige
la o las situaciones con las que te sientes identificado y explica por qué. Lo compartiremos en el próximo encuentro.
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