¿Soy capaz de poner palabras lo que quiero?
Ser capaz de poner
nombre a los deseos, de ordenarlos, de reconocer su intensidad, es tarea
básica en el camino de hacerse persona. A medida que vamos creciendo vamos descubriendo más posibilidades y reconocemos nuevos sentimientos que es muy importante ir poniéndoles nombre.
Los deseos son provocados por
las dimensiones que nos constituyen:
- por nuestro cuerpo
- por nuestros afectos
- por nuestra capacidad de trascendencia.
En muchas ocasiones el mundo afectivo se
convierte en motor de vida. Entendemos por mundo afectivo a los vínculos con las personas que me rodean (familias, amigos, compañeros, etc). De él obtenemos la energía
necesaria para elegir y responder. Energía que puede ser encauzada para el bien
y la salud o que puede ser retenida o perdida.
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